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Djwhal Khul
La
naturaleza
del
espejismo.
III
He organizado
en cierta medida nuestras ideas y he delineado el plan, de acuerdo al
cual encararemos este tema. Les he dado ciertos conceptos básicos y
proporcionado el alineamiento esquemático de todo el tópico. Ahora
comenzaremos su verdadero estudio. Corno saben, no es mi intención
escribir una larga y voluminosa tesis sobre el tema. La recopilación de
las instrucciones dadas a los grupos de discípulos, no constituirán
tratados voluminosos como Fuego Cósmico y Magia Blanca, sino una serie
de volúmenes relativamente breves y por lo tanto contendrán la máxima
información sin guardar un estilo discursivo.
Ante todo, estas
instrucciones deben tener un valor práctico definido y darle al
estudiante la sensación de que comprende mejor el mundo sutil de las
corrientes de fuerzas mentales en que habita y los medios que debe
emplear además de la técnica a seguir, si es que va a allanar su camino
desde la oscuridad y confusión para seguir adelante hacia la luz y la
armonía. Nuestro estudio también ha de ser comparativo, debiendo el
lector tener en cuenta que no se hallará capacitado para distinguir la
verdad o aislar ese aspecto de la enseñanza que es para él de suprema
importancia, hasta no aplicar lo que es útil y estar debidamente seguro
de si es víctima de la ilusión o del espejismo. En último análisis, debe
saber en qué punto se encuentra antes de dar el próximo y necesario
paso adelante. El discípulo es la víctima, y esperemos que también sea
el disipador del espejismo y de la ilusión, de allí la complejidad de su
problema y la sutileza de sus dificultades.
A la vez debe tener
en cuenta (para su fortalecimiento y estímulo) que cada parte del
espejismo disipado y cada ilusión reconocida y superada allana el camino
a los que le siguen, simplificando así el camino a sus condiscípulos.
Por excelencia, es el gran Servicio a prestar, y sobre este aspecto les
llamo la atención. Por eso trato en estas instrucciones de esclarecer la
cuestión.
Uno de los problemas que enfrenta el aspirante es
reconocer el espejismo y ser consciente de los espejismos que acechan su
camino y de las ilusiones que erigen un muro entre él y la luz. Ya es
bastante poder reconocer que el espejismo y la ilusión existen. La
mayoría no son conscientes de su existencia. Muchas personas buenas no
los ven, divinizan sus espejismos y consideran sus ilusiones como
posesiones muy apreciadas y arduamente conquistadas.
Sin embargo,
el reconocimiento lleva en sí sus propios problemas, debido a la
incapacidad del discípulo común para liberarse de la facultad de crear
espejismos, desarrollada en el pasado, encontrando demasiado difícil
mantener una adecuada proporción y un sentido exacto de los valores,
respecto a las verdades del plano mental. El discípulo puede adquirir
arduamente la verdad y captar un principio de la realidad y luego
circundarlos con las fáciles ilusiones de la mente, la cual recién ha
comenzado a descubrirse a sí misma. Los espejismos de naturaleza
emocional pueden surgir y agruparse alrededor del ideal, puesto que
todavía no está esclarecido y predispuesto a atraer hacia sí aquello que
–emocional y sensiblemente— cree ser y poseer,
Ilustraré este
punto desde dos ángulos, los cuales se hallan dentro del ámbito del
discipulado o se enfrentan en el Sendero de Probación. Los denominaré la
“ilusión del poder" y el "espejismo de la autoridad". Estas palabras
demostrarán que uno será enfrentado en el plano astral y el otro en el
mental.
El Espejismo de la Autoridad es colectivo en la
mayoría de los casos. Tiene sus raíces en la psicología colectiva e
indica que la humanidad todavía está en la etapa de la infancia, donde
el hombre es protegido de sí mismo por la imposición de algunas reglas,
conjunto de leyes, edictos autoritarios emanados del control
gubernamental, régimen oligárquico o la dictadura de un individuo. Esto
obliga al género humano, hasta donde es posible juzgarlo, a obedecer
fórmulas fijas y estandariza las actividades del hombre regimentando su
vida y trabajo. Se impone regulando y fomentando el complejo del temor,
una de las fuentes más fructíferas del espejismo tan prevaleciente hoy
en la humanidad. Quizás podría considerarse y con razón, que es la
simiente de todo el espejismo prevaleciente en nuestro planeta. El temor
ha sido el incentivo de esas condiciones que han producido el espejismo
del plano astral, pues las ilusiones corresponden a los niveles
mentales de conciencia.
Cuando el espejismo de la autoridad se
transfiere a la conciencia espiritual del hombre, tenemos un estado de
cosas como el período de la inquisición en sus peores aspectos, la
autoridad eclesiástica con su énfasis puesto sobre la organización,
gobierno y castigos o la indiscutible férula de algún maestro. Su forma
más elevada la constituye el reconocimiento del derecho a regir del
Ángel solar, alma o ego. Entre estos dos extremos, que demuestran la
infancia de la raza y la liberación que se logra cuando la humanidad
alcanza su madurez y la libertad del alma, residen todos los tipos y
clases de reacciones intermedias. ¿Qué hallamos, al ilustrar nuestro
punto y acentuar así el aspecto del espejismo en lo que afecta al
discípulo y al problema que enfrenta? Hallamos que el discípulo se
libera en parte del control impuesto por la enseñanza ortodoxa y la
férula de un maestro. Permanece (hasta donde puede percibirlo) libre de
tal control.
Sin embargo, conociendo su debilidad esencial y la
seducción de la personalidad, se precave de sí mismo y de las antiguas
reglas de control, aprendiendo gradualmente a sostenerse por sus propios
esfuerzos, a hacer sus propias decisiones y a distinguir la verdad por
sí solo. Aprende a elegir su camino. Pero, al igual que a toda persona
que no ha recibido alguna de las iniciaciones superiores, puede, con el
tiempo, llegar a enamorarse de su libertad y entonces automáticamente
penetrar en el espejismo de su ideal de libertad –ideal que él ha
creado—, llegando así a convertirse en prisionero de la libertad.
Rechaza toda autoridad, excepto la que él llama "autoridad de su propia
alma", olvidando que el contacto con su alma es todavía intermitente.
Reclama el derecho de valerse por sí mismo. Goza de la nueva libertad
que ha hallado.
Olvida que habiendo desistido de la autoridad de
una enseñanza y de un maestro, tiene que aprender a aceptar la
autoridad del alma y del grupo de almas con el cual está afiliado por su
karma, su tipo de rayo, su elección y por la inevitabilidad de los
efectos de la unificación. Habiendo rechazado la guía de otra persona
que se halla en el Sendero y teniendo sus ojos parcialmente abiertos,
trata ahora de bollar ese Sendero hasta llegar a la meta, olvidando sin
embargo que lo recorre al unísono con otros, y que existen ciertas
"Reglas del Camino" a las que debe obedecer, haciéndolo al unísono con
otros. Ha reemplazado la ley individual por la ley grupal. Pero aún no
conoce debidamente esa ley grupal. Camina lo mejor que puede, solo,
glorificándose por la liberación de la autoridad que ha logrado
realizar, prometiéndose a sí mismo no tolerar ninguna autoridad o guía.
Quienes
nos ocupamos de él y lo observamos desde las claras cumbres de la
realización, vemos cómo gradualmente es envuelto por las volutas de
niebla y espejismo que paulatinamente surgen a su alrededor mientras se
convierte en un "prisionero de la bruma de la libertad", regocijándose
en lo que estima la realidad de su independencia. Cuando su visión se
haya esclarecido y su aspecto mental esté más desarrollado y
evolucionado, sabrá que la Ley que rige al grupo tiene que imponerse, y
se impondrá sobre él, y que el control de la naturaleza inferior sólo
puede ser reemplazado por el control del alma, control grupal que opera
bajo la Ley que rige al grupo. Ha luchado para salir del conjunto de los
que buscan el Camino, hasta llegar al Camino mismo. Por lo tanto ha
avanzado más que las masas, pero no está solo, aunque así lo crea.
Descubrirá que muchos recorren el mismo camino, y su número crecerá
constantemente a medida que progrese.
La regla de la interacción
del viajero y el reconocimiento grupal del trabajo y el servicio,
preponderarán sobre él, hasta que descubra que es un miembro del Nuevo
Grupo de Servidores del Mundo trabajando bajo ciertas condiciones que
constituyen las reglas que rigen la actividad del grupo. A medida que
aprende a recorrer el Camino con sus componentes, penetrarán en su
conciencia los incentivos y las técnicas que rigen su servicio elegido y
empezará a obedecer automática y naturalmente al ritmo superior,
adhiriéndose a las leyes que controlan la vida y la conciencia grupales.
Finalmente, penetrará en los lugares silenciosos donde moran los
Maestros de Sabiduría, y trabajará a la par de Ellos con ritmo grupal,
obedeciendo así las leyes del reino espiritual, leyes subjetivas de
Dios.
Repetidas veces, al recorrer el Camino, se rebelará contra
el control y caerá nuevamente en el espejismo de su supuesta libertad.
Puede liberarse del control de la personalidad y también del de las
personalidades, pero nunca puede liberarse de la Ley de Servicio y de la
constante interacción entre un hombre y otro y un alma y otra. Ser
libre significa permanecer en la clara y límpida luz del alma, que
básica e intrínsecamente es conciencia grupal.
Por lo tanto,
cuando se sienten embargados por la incertidumbre y la inquietud,
deseando y exigiendo libertad para hollar el Sendero, sin la imposición
de autoridad alguna, tengan cuidado que no sea el espejismo que produce
el deseo de verse libres de los impactos grupales y asegúrense de que no
están tratando –como almas sensibles— de hallar una vía de escape.
Aplico esta frase en su sentido psicológico moderno.
Formúlense las siguientes preguntas:
¿Son
de tanta importancia para mí y para otros, la comodidad y la paz
mental, que, por obtenerlas, me veo impulsado a sacrificar la integridad
del grupo?
¿Constituye mi propia satisfacción interna, una excusa adecuada para postergar el propósito grupal planeado?
Pues
ciertamente, lo postergará. Cualquier cosa que decidan constituirá, a
su vez, una decisión responsable, con consiguientes reacciones sobre el
grupo.
¿Cuál es esa obediencia esotérica de que tanto oímos
hablar? No es lo que muchos grupos esotéricos creen. Tampoco es el
control ejercido por una organización externa, dedicada al seudo trabajo
esotérico. No son las condiciones impuestas por un instructor de
determinada categoría, ni consiste en cambiar el conjunto de ideas que
nos aprisionan, por otro de mayor importancia o alcance. Una prisión, ya
sea una pequeña celda o una isla solitaria de vasta extensión, de la
cual es imposible escapar, constituyen siempre una prisión.
La
autoridad a la cual respondemos los Instructores del aspecto interno, es
de naturaleza dual, y ustedes (como unidades de un grupo) recién
empiezan a responder. ¿A qué responden?
1. Al lento surgimiento
de la comprensión de la "luz que está más allá", empleando esta frase
como símbolo. Esta luz distinto atractivo para cada individuo. Sin
embargo es UNA LUZ. Pero su reconocimiento revela nuevas leyes y
responsabilidades, nuevos deberes y obligaciones y nuevas relaciones con
otros, los cuales constituyen la autoridad a la que nadie puede escapar
aunque pueden desobedecerla, en tiempo y espacio, durante un período
temporario.
2. A la autoridad de las Reglas del Camino impuesta
cuando se pasa del Sendero de Probación al Sendero del Discipulado. Sin
embargo es UN CAMINO. En este "estrecho sendero del filo de la navaja",
se aprende a caminar con disciplina, discreción y carencia de deseos,
experimentados al unísono con los condiscípulos.
Breve y
suscintamente, ¿cuáles son las Reglas del Camino? Permítanme
proporcionarles las seis reglas más simples, pidiéndoles recordar que no
son impuestas autoritariamente por una arbitraria Junta de Directores,
corno lo sería un instructor o los instructores de grupos (de los
cuales, lógicamente, yo podría ser uno), sino que es el resultado de las
condiciones que imperan en el Sendero; llevan en sí la garantía de la
propia alma del hombre y son el resultado de la experiencia de millones
de viajeros que recorren ese sendero. Les daré las seis reglas (tal como
las he dado a otros aspirantes)* en su forma antigua y simbólica y las
traduciré, lo mejor que pueda, de los antiguos registros que existen en
el Aula de la Sabiduría y están a disposición de los discípulos
dedicados, como ustedes.
Extracto de "Espejismo"
Por el Maestro Tibetano Djwhal Khul
(Alice A. Bailey)
ANTERIOR Djwhal Khul - La naturaleza del espejismo. II
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